SEU CENTRAL CAIXA COLONYA

Can Morató ha mantenido siempre un fuerte vínculo con el municipio de Pollença. En un inicio siendo uno de los principales motores económicos del municipio y en las últimas décadas, siendo un referente romántico que da la bienvenida al pueblo. Su situación es estratégica: adyacente a las vías que estructuran el territorio y en las cotas inferiores, donde se forma el torrente de Sant Jordi.

La intervención consiste en la introducción de nuevos volúmenes que cumplen con las necesidades de Caixa Colonya, quien da vida de nuevo al conjunto. A través de las nuevas funciones se explica el aspecto volumétrico original del conjunto, respetando el estado actual de la fábrica.

Tiene una doble vertiente: 1.- Se preserva la construcción existente, se restaura y se refuerza el sistema estructural y los muros existentes; no se reconstruye las partes hundidas. 2.- Todos los ámbitos del programa se construyen -en seco y con sistemas ligeros- en interior pretérito y consolidado. La nueva construcción emerge en el exterior del viejo edificio para recuperar el volumen original. El contraste armónico del viejo y el nuevo define el carácter del edificio.

Los nuevos volúmenes insertados se resuelven con sistemas constructivos de entramado ligero para diferenciarse de los muros originales de la fábrica. La estructura, de madera, se coloca sobre cimientos recuperables, que permitirían la reversión total de las intervenciones y, por tanto, permite que el edificio se adapte a las necesidades de Caixa Colonya, que pueden variar a lo largo del tiempo.

Agrupamos el nuevo programa siguiendo los niveles de privacidad. Sitúamos las zonas públicas en el edificio principal, próximo a la vía pública, desde donde se accede tanto a oficinas como al museo y sala de actos. En el fondo de la parcela encontramos un acceso de servicio, logística y mantenimiento que religa todo el programa para facilitar su funcionamiento.

Recuperamos los espacios abiertos de la fábrica y les damos nuevos usos: La alberca toma protagonismo, el patio central se convierte en espacio de memoria, el encinar acogerá actividades de carácter abierto al pueblo y el jardín de los señores recuperará su carácter romántico y se abrirá en la calle.

Se propone una red de recogida de las aguas pluviales de las cubiertas que lleva a la alberca, donde se junta con el agua proveniente de las crecidas del torrente. Así recuperamos la imagen de esta llena al final del encinar y garantizamos tener un volumen de agua considerable para regar los espacios libres.

Se respetan las especies preexistentes en el solar, ya que forman parte del paisaje de la zona y, a su vez, queda garantizado que son las que mejor podrán vivir en este suelo y con las condiciones de pluviometría, temperatura y humedad de que disponemos. Se introducen especies arbustivas también autóctonas para definir zonas más protegidas y remarcar ámbitos puntuales.